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viernes, 17 de septiembre de 2010

BOCA Que tiemblen los otros



La alegría de Bahía pasó: en Boca quieren hacerse fuertes otra vez en la Bombonera. Y que la energía de la gente no patee en contra.

Sebastián Battaglia quizá no lo sepa. Pero para definir lo que el domingo debe pasar en la Bombonera utilizó una de las leyes más importantes de la física, en especial de la termodinamia. “La energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma”. Y eso, precisamente, es lo que quiere hacer el volante ante Colón: que la presión de la gente por querer ver a su equipo ganar en casa se convierta en algo positivo y no en un peso para sus compañeros. “Tenemos que usar eso a nuestro favor. No hay una cancha como ésta”, avisa.

Desde hace un tiempo, Boca no logra hacerse fuerte en su casa. Pero lo que era un dato estadístico, con Claudio Borghi se convirtió en un lastre que cuesta remover y aceptar. Si en los últimos torneos el porcentaje de puntos conseguidos en la Bombonera estaba cerca del 50%, en este Apertura bajó al 33%. Primero perdió ante Racing, por segunda vez consecutiva en el año. Y dolió. Pero más dolió haber perdido un clásico más y ante el San Lorenzo de Ramón Díaz. Eso ya fue demasiado. A pesar de la entrega del equipo, fue casi una humillación que el riojano, desde siempre identificado con River, se les riera en la cara. En el medio de ambos, el triunfo ante Vélez trajo paz, luego de una semana en la que hasta se habló de la posible renuncia del DT si se se daba un resultado adverso. Pero no alcanza, la gente quiere más. Aun con el equipo perdedor, los hinchas lo despidieron con aplausos, remarcando que no quieren más caídas en Brandsen 805. Basta.

“A veces la camiseta de Boca pesa dos toneladas”, había dicho el propio Borghi. Y en la Bombonera, parece, hay más gravedad. Desde Martín Palermo, un histórico, hasta Cristian Lucchetti, uno de los nuevos, reconocen cuánto cuesta revertir esa sensación de vulnerabilidad en casa. “Es difícil jugar en cancha de Boca, lo sabemos todos. Pero no nos tiene que pesar”, plantea Pochi Chávez. Haber ganado en Bahía Blanca, coinciden todos, les da un plus de confianza para encarar el partido contra Colón: llegar ganador no es lo mismo que hacerlo después de otra caída. “No nos tiene que apurar la gente”, piensa Clemente, no como un pedido hacia los hinchas sino hacia sus propios compañeros. Que el “movete, Boca movete” que empieza a sonar últimamente cuando aún están 0-0 ó con el marcador en contra no los acelere y los lleve a cometer errores por la urgencia de ganar a cualquier precio. Y perder por la misma razón.

“Es una linda responsabilidad ponerse esta camiseta y jugar en esta cancha. Hay que demostrar que no nos pesa”, dice Caruzzo, convencido. El domingo, a las 20.20, tendrán la chance de hacerlo. Que esa energía se transforme y los transforme.

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